miércoles, 30 de marzo de 2016

Un grupo de científicos advierte que el cambio climático sucedería antes de lo pensado

Una enorme roca sobre la cresta de un cordón litoral en Eleuthera Norte, Bahamas. Un nuevo artículo académico sostiene que probablemente fue trasladado allí por poderosas tormentas durante el último período cálido en la historia de la Tierra, hace unos 120.000 años.

Hace años, las naciones del mundo acordaron que intentarían limitar el calentamiento global a un nivel que sería un tanto tolerable. Pero el pasado martes 22 de marzo, los principales científicos del clima advirtieron que un calentamiento de esa magnitud en realidad sería bastante peligroso.
Entre las posibles consecuencias están tormentas mortales mayores que cualquiera de esta época, la desintegración de grandes partes de los casquetes polares y un aumento en el nivel del mar tan grande como para ahogar a las ciudades costeras del mundo antes de que acabe el siglo.
“Estamos en peligro de pasarle a los jóvenes una situación fuera de control”, afirmó James E. Hansen, el científico climatológico jubilado de la NASA al mando de la investigación. Los descubrimientos se publicaron en Atmospheric Chemistry and Physics, una revista científica de Europa.
La premisa principal del artículo es que al quemar combustibles fósiles a un paso gigantesco y al verter en la atmósfera gases que atrapan el calor, la humanidad está provocando un cambio climático abrupto.
Específicamente, los autores creen que el agua fresca que se vierte en los océanos, proveniente de casquetes polares, creará un círculo vicioso que, a su vez, tendrá como consecuencia que parte de los hielos polares de Groenlandia y Antártica se desintegren rápidamente.
Esta aseveración ha llamado la atención de expertos, quienes dicen que el artículo podría explicar algunos episodios desconcertantes del pasado de la Tierra, en los que, según sugiere la evidencia geológica, el clima sufrió cambios drásticos. Sin embargo, muchos otros científicos no están convencidos de ciertas afirmaciones.
“Algunas de las ideas de este artículo son verdaderamente extraordinarias”, dijo Michael E. Mann, un científico del clima de Pennsylvania State University. “Entran en conflicto con la noción popular de cambio climático, a tal punto que la necesidad de una valoración de prueba se vuelve alta”.
A pesar de cualquier duda que puedan tener sobre el artículo, casi todos los científicos del clima concuerdan con el grupo del Dr. Hansen en cuanto al hecho de que la sociedad no está haciendo lo suficiente para reducir emisiones de gases de invernadero.
Parte del desconcierto que provoca el nuevo artículo surge a partir del papel de Hansen como científico que, en los últimos años, se ha convertido en activista. Lo han arrestado en marchas y formó parte de un grupo de jóvenes que demandó al gobierno de Estados Unidos porque, según ellos, había fracasado en el control del calentamiento global.
El Dr. Hansen afirma que la sociedad corre un peligro de tal magnitud que se siente moralmente obligado a ir más allá de sus responsabilidades como científico.
Esa postura lo ha convertido en un héroe para los estudiantes universitarios que luchan contra el cambio climático, pero algunos colegas temen que se ha expuesto a la crítica de que su investigación esté sesgada por sus propósitos políticos.
En 2009, los países acordaron que intentarían limitar el calentamiento del planeta a 2 grados Celsius arriba del nivel de la era preindustrial. La Tierra ya se calentó la mitad de esa cifra.
El artículo, escrito por Hansen y otros 18 autores, trata sobre la última vez que la Tierra se calentó de manera natural, hace unos 120.000 años, cuando la temperatura alcanzó un nivel que, se estima, solo era un poco más alto que el de ahora. En ese momento, grandes porciones de hielo polar se desintegraron y, según los científicos, el nivel del mar aumentó unos seis metros.
Los científicos del clima concuerdan con que la humanidad está por causar un aumento igual o mayor en el nivel del mar, pero en el pasado han supuesto que un incremento tan grande tardaría al menos unos siglos en suceder. Este artículo afirma que podría ser mucho antes. En el peor de los casos, dentro de los próximos cincuenta años.
“Eso significaría una pérdida de todas las ciudad costeras, la mayoría de las ciudades importantes del mundo y toda su historia”, dijo Hansen en una declaración en video que acompañó al nuevo artículo.
Su idea es que cuando se derritan los grandes desiertos polares habrá una capa de agua relativamente fresca sobre los océanos cerca de Antártica y Groenlandia, la cual, piensan ellos, destruirá o hará más lentos los sistemas de corrientes marítimas que distribuyen el calor por todo el planeta y permiten que este se difunda en el espacio. Entonces, el calor se acumulará en las partes más profundas del océano y los científicos creen que, de esta manera, la parte de los casquetes que se encuentra bajo el agua se derretirá más pronto.
Además, una mayor diferencia entre la temperatura de los trópicos y los polos producirá tormentas poderosas. El artículo cita evidencia, mucha de ella disputada, de que hubo tormentas inmensas durante el periodo cálido de hace 120.000 años.
Por ejemplo, el artículo dice que tales tormentas pudieron haber arrojado rocas gigantes en cordones litorales de las Bahamas, aunque otros expertos creen que el responsable fue un tsunami.
El nuevo artículo podría volver a plantear el debate y le exigiría a los científicos que analizaran de nuevo la teoría con modelos computacionales del clima que ahora son más sofisticados. Pero podrían pasar años para que los expertos lleguen a un consenso.

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